Mi segundo artículo sobre algunos de los acontecimientos más impactantes de mi vida terminó, después de tomar la difícil decisión de acabar con un amor que, debido circunstancias nada favorables, se había convertido en sufrimiento.
Pasé unas semanas en una especie de shock, refugiándome bastante en mi casa, tal como había hecho en el último año y medio, hasta que me apeteció cambiar de vida para comenzar una nueva etapa, en la que salía mucho, especialmente a bailar en las discotecas de moda en Alcudia y alrededores.
Siempre me había encantado bailar libremente en las pistas y, en esos momentos, encima me servía de terapía. Cuando bailaba, entregándome totalmente al ritmo de la música, entraba en una especie de trance que, al mismo tiempo, me limpiaba de tristezas y me llenaba de energías renovadas.