Ya hace algunas semanas que estamos en otoño, así que ya hemos dejado atrás el ritmo más frenético del verano para acostumbrarnos paulatinamente al ritmo más sosegado del otoño, con su reducción de horas de luz y algunos días de lluvias y cielos grises.
Fuera casi todo en la naturaleza se prepara para soltar frutos y hojas para poder renovarse y regenerarse nuevamente.
Como formamos parte de la naturaleza, esta es la época del año más idónea para hacer lo mismo con nuestra vida.
Podemos optar por empezar por lo más evidente y sencillo, que es nuestro entorno material.
¿Quién no guarda en casa un montón de cosas que ha dejado de usar hace tiempo?
Echemos un vistazo a nuestros armarios y cajones y revisemos a conciencia cada una de las prendas, zapatos, bolsos y accesorios para ser consecuentes y regalar o donar todo lo que no nos hemos puesto en mucho tiempo.
Estoy segura de que la mayoría de nosotros guardamos cosas, porque así lo hemos observado en nuestras familias, sin tener en cuenta que ellos vivían otros tiempos.
Hoy en día resulta inútil guardar algo que ya no es de nuestra talla, que ya no corresponde a nuestra imagen actual o que simplemente fue una compra equivocada.
Realmente da una enorme satisfacción deshacernos de todo esto y ver nuestros armarios y cajones mucho más ordenados y limpios. Además podemos dar una alegría a alguien, si lo regalamos o lo donamos a una ONG.
Una vez terminada esta tarea, podríamos seguir con el resto de cosas hay en nuestra casa y deshacernos de todos los aparatos, utensilios y herramientas que guardamos sin utilizarlos, así como de piezas y figuritas de decoración que solo ocupan espacio.
Depués podríamos revisar y tirar todos los papeles y documentos que ya no son vigentes, además de antiguas postales y cartas que no volveremos leer jamás, con la excepción de las que tienen un valor sentimental para nosotros.
Después de haber soltado todo lo material que ya no nos hace falta, llega el momento del siguiente paso:
Revisar nuestras emociones para detectar las que nos incomodan y hacernos las siguientes preguntas:
¿Realmente deseo seguir amargándome con viejos rencores o prefiero soltarlos y perdonar?
¿Me aporta algo seguir torturándome con recuerdos desagradables que me llenan de tristeza y amargura, o elijo olvidar el pasado y centrarme en el aquí y ahora?
¿Es sano y ecológico seguir alimentado ilusiones descabelladas o metas imposibles, o es hora de ilusionarme con objetivos y sueños que me motivan y que realmente puedo alcanzar?
Obviamente podría continuar así por bastante tiempo, sin embargo, lo único que deseo es que abras los ojos para descubrir lo que te frena y no te permite avanzar. Deseo que avanzes con la mochila vacía de recuerdos desagradables, pero llena de los recuerdos de tus logros y alegrías.
Depués de haber soltado las emociones tóxicas, queda otro paso muy importante:
Revisar nuestros pensamientos para averiguar el impacto que tienen en toda nuestra vida.
Es importante rodearnos de personas generosas y positivas que nos dan un “feedback” constructivo, y es aun más importante prestar la máxima atención a lo que nos decimos a nosotros mismos en nuestros diálogos interiores.
Deberíamos ser conscientes de que, si no confiamos en nosotros mismos, lo más probable es nadie más lo hará.
Imagínate las consecuencias de pensamientos limitantes como: “Yo no sirvo para nada”, “Ya soy mayor para aprender”, “Soy gafe y todo me sale mal”, “No me lo merezco” y otras lindezas por el estilo.
Esa clase de pensamientos solo sirven para permanecer estático y resignarse, sin ni siquiera intentar de mejorar y avanzar.
Te recomiendo que durante unos días vayas apuntado todos los pensamientos repetitivos acerca de tu propia persona y el mundo en general para darte cuenta de como sueles tratarte a ti mismo/a y de tu forma de percibir el mundo y la vida.
¿Qué beneficios te aporta ser demasiado critico/a contigo mismo/a y convertirte en tu propio juez que te condena sin miramientos?
¿Cómo puedes saber que no eres capaz de hacer o lograr algo, si ni siquiera lo intentas?
¿Qué cambios notarías en tu vida, si empezaras a quererte y aceptarte tal como eres ?
Seguramente estarás de acuerdo en que, si dejas de machacarte tanto y comienzas a tratarte con amor y aceptación, toda tu vida daría un gran giro absolutamente positivo.,
Empieza a revisar tus falsos juicios y pensamientos negativos para sustituirlos, uno por uno, y con ideas y pensamientos que te llenen de energía y motivación.
Cuando te hayas liberado de toda esta carga material, emocional y mental, todavía te queda un último paso:
Presta atención a tu parte trascendental para comprobar cómo te relacionas con todo lo que te rodea… las personas, los animales, la naturaleza, las energías, el universo, lo divino…
Date cuenta de que no estás separado/a de nada y que formas parte de un todo y, como todo está conectado, tu crecimiento y evolución también hará crecer y evolucionar la totalidad.
Cada granito de arena aportado es enormemente valioso.
Sé que el otoño no suele ser la estación favorita de la mucha gente que prefiere el estallido de la vida en primavera, la luz y la alegría del verano o incluso el recogimiento del invierno.
El otoño nos recuerda que llega el tiempo de dejar ir todo lo que ya ha tenido su momento de esplendor para marcharse y dejar sitio para brotes nuevos.
Si aceptamos que todas las fases del ciclo son igual de importantes, esta aceptación nos ayuda a soltar con gracia y sin apegos todo lo que ya no forma parte de cada etapa de nuestras vidas, sea la que sea para cada uno/a de nosotros.
Un gran sabio dijo una vez, que en la vida es mejor viajar con equipaje ligero y es cierto. Desués de desprendernos de todo lo que sobra, podemos seguir con nuestro viaje por la vida más ligeros y libres de peso.
!Aprovechemos la oportunidad que nos brinda la energía del otoño para soltar todo lo que ya no necesitamos!