Mi último artículo finalizó con mi llegada a Palma en enero del año 2000.
Al principio no conocía a nadie en Palma, pero eso no era ningún problema, porque entre semana trabaja en la inmobiliaria cerca de Arta y los domingos, lunes y jueves dormía en casa de mi madre, así que que no eran muchas las noches que pasaba en Palma.
De todos modos, el primer año venían muchas amigas a pasar los fines de semana conmigo y también mis dos compañeras de trabajo, con las que me llevaba de maravilla.
Cuando tomé la decisión de irme a vivir a Palma, lo hice entre muchas otras cosas, porque sabía que la cuidad me ofrecía bastante más posibilidades para aprender y estudiar cosas nuevas. Sentía que había llegado el momento de conocerme mejor y de tratar de descubrir más sobre los secretos y el significado de nuestra vida en la tierra.