Hay algo que realmente no deja de asombrarme: Que la mayoría de gente vive su día a día, ignorando completamente que en cualquier momento les puede sorprender la muerte, y poner fin a su existencia en la tierra.
En nuestra cultura actual se intenta esconder la muerte y la vejez lo más lejos posible de vida de las personas para crear la ilusión de que no existen con el fin de ignorarlo, y seguir sacrificando nuestro tiempo de vida para alcanzar metas superficiales que nos prometen una felicidad que jamás pueden cumplir.
Seamos sinceros, cuando vamos por la calle, ¿cuántas caras alegres nos solemos encontrar por la calle?
Con algunas excepciones, los únicos que vemos con una gran sonrisa y con unas inconmensurables ganas de disfrutar del momento son los niños que tienen la suerte de vivir una infancia en circunstancias favorables, y que aun no han sido “domesticados” por la sociedad.